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Colonia Minerva: La historia de Barbarita, una maestra que tuvo que empezar de cero

Colonia Minerva, en el Dpto Figueroa, cuenta con 130 habitantes aproximadamente. Hace 13 años y ante la creación del Jardín de Infantes N° 667, anexo de la Escuela Primaria N° 889, llegó Barbarita.

Nervios, incertidumbre por no saber cómo llegaría hasta el lugar por no contar con transporte público y un poco de angustia al saberse muy lejos de su familia y de su hogar, eran los sentimientos que la embargaron aquel primer día.

Sin embargo, el cálido recibimiento de toda comunidad, de los docentes, de los directivos pero sobre todo de aquellos 12 niños, que con ansias esperaban a la “Maestra del Jardín” hizo que todo se transformara. Inmediatamente se convirtió en la Seño Barbi, la que comenzaba su vida profesional como maestra rural, en un jardín al que había que armarlo desde cero.

Por aquel entonces, el jardín funcionaba en una dependencia de la escuela primaria. Poco a poco todo fue cambiando: los niños comenzaron a usar su uniforme para distinguirse del resto; luego llegó el mobiliario y hoy ya cuenta con edificio propio. En él, los distintos rincones y la  biblioteca. También cuenta con recursos audiovisuales, lo que permite realizar distintos tipos de actividades. Todo esto llena de orgullo, no solo a Barbarita sino también a todo el cuerpo docente de la escuela primaria con quien trabaja mancomunadamente, aprendiendo y sumando a diario nuevas experiencias.

En cuanto a su actividad cotidiana, la Seño cuenta que día a día se plantean nuevos desafíos de toda índole ya que es una sala multiedad que alberga a niños de 3, 4 y 5 años con realidades de las más diversas. Esto obliga al docente a aplicar diferentes  estrategias que permitan afrontar esos desafíos, generando espacios para que los niños puedan expresarse, compartir ideas y crear acuerdos.

“Uno quisiera cambiar la realidad de esos niños, pero a veces no se puede y eso genera frustración pero como docentes no debemos olvidar que nuestro rol es acompañarlos, en forma afectiva para que puedan desarrollarse, íntegramente y de la mejor manera posible. Creo que el deseo de cualquier docente es lograr igualdad de oportunidades para sus alumnos y que puedan gozar plenamente de todos sus derechos” expresa la seño, visiblemente emocionada.

Cuenta también que junto a los docentes de la escuela primaria buscan, constantemente, generar espacios para trabajar con las familias, fomentando el dialogo y la buena convivencia y así se sientan participes de la educación de sus hijos.

Quienes fueron sus primeros alumnos, hoy tienen ya 18 años. Algunos  pudieron continuar sus estudios secundarios en la escuela más cercana, que está ubicada en Colonia San Juan a 15 km de Colonia Minerva. Verlos, la llena de emoción. Siente que siempre serán “sus chiquitos” para quienes las puertas del jardín estarán abiertas cada vez que quieran ir a visitarla.

“Algunas veces tuve ganas de bajar los brazos, es verdad, pero al recordar que mis alumnos me esperan, que la Seño es una persona importante para ellos, y que mi anhelo es brindarles las herramientas que están a mi alcance, para que ellos cumplan sus sueños y sus objetivos, me hace sentir que TODO VALE LA PENA”

“Hoy aprovecho para agradecer a toda la comunidad de Colonia Minerva, a las familias de mis alumnos, a los docentes y directivos de la escuela primaria y a todos los docentes de la zona, con quienes a diario nos acompañamos, apoyamos e intercambiamos vivencias que nos permiten crecer y sumar experiencias en esta maravillosa tarea de ser docente rural” Concluye la Seño Barbi.

Barbarita es una de las tantas Maestras que hoy celebran su día. En ella, vaya nuestro homenaje por la gran labor que desempeñan a diario en cada rincón de la provincia. Para todas ellas ¡Feliz Día!

 

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